
El agotamiento es mal amigo y peor consejero,
y tu vives extenuada desde hace demasiado,
sin tiempo para darte cuenta de lo que en realidad deseas,
sin esa calma que permite la desconexión de necesidades y desprecios,
sin resuello mental para centrarte en lo que verdaderamente importa.
y tu vives extenuada desde hace demasiado,
sin tiempo para darte cuenta de lo que en realidad deseas,
sin esa calma que permite la desconexión de necesidades y desprecios,
sin resuello mental para centrarte en lo que verdaderamente importa.
Desconoces adónde vas a marchar por un período dilatado.
El cartel de vacaciones mentales no es otra cosa que una excusa, para volver a rendir culto a nuestra pareja de ilusos,
convencidos de que, a lomos de una vespa,
conseguirán escapar de las fauces de un rottweiler llamado Realidad.
El cartel de vacaciones mentales no es otra cosa que una excusa, para volver a rendir culto a nuestra pareja de ilusos,
convencidos de que, a lomos de una vespa,
conseguirán escapar de las fauces de un rottweiler llamado Realidad.
Ignoro si te encerraras en tu apartamento con una botella de crema irlandesa y un documento de Word en blanco, si tomaras el Transiberiano para perderte en las estepas del olvido,
si descenderás al averno del mundo laboral,
en busca de un empleo tan alienante como alimenticio,
o si te marcharás a una ciudad de fotografía para alquilar un velocípedo con cintura incluida a la que aferrarte.
en busca de un empleo tan alienante como alimenticio,
o si te marcharás a una ciudad de fotografía para alquilar un velocípedo con cintura incluida a la que aferrarte.
Quién sabe lo que harás. A fecha de hoy, tu única grandeza reside en el convencimiento de que diriges tu existencia con vocación de regente absoluta y que, por lo tanto, nadie se atreverá a prohibirte actuar en un sentido u otro sin temer, con fundamento, el latigazo de tu furia sobre su osadía.
Huelga que te haga saber que estas en tu casa, un lugar donde puedes hacer y deshacer a tu antojo.
Aquí y en este instante te dejo mi permiso manifiesto para reposar los pies en la mesa auxiliar del salón, andar por el jardín desnuda y saltar sobre la cama.
Volverás, no me queda duda. Me haces mucha más falta de la que imaginas.
Hasta entonces, sólo te pediré un favor bien grande: no te olvides que puedo ayudarte a distraer tu mente y recompensarte como centro de mi deseo en el que ejerces de anfitriona.
un beso mi amor....
Antonio, te regalo una mariposa, la quieres???
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