
las manecillas del reloj
se volvieron locas
la gloria no apareció
ni hubo fracasos
sólo un tendal de sentimientos
arropados entre miles de cucarachas jugando.
Ella supo que caía al infierno.
Pero el hombre araña
que odia el fuego
cuando vió que podían arder sus bellas trenzas
conmovido
la depositó al lado del mar.
La magia
un día cualquiera aparece
y asombra.
Buenos días Antonio... que detalle más hermoso, me gusto mucho tu ventana empañada y el mensaje que dejaste en ella, gracias por ser asi
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